EN LA VILLA DE TERUEL | S.XIII
BODAS DE ISABEL DE SEGURA
- CUENTA ATRÁS - MEDIEVALES 2025 -
20 de febrero de 202500
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EL EVENTO LAS BODAS DE ISABEL
Se trata de una de las dos festividades más importantes de la ciudad y se celebra el tercer fin de semana de febrero. El evento dura cuatro días (de jueves a domingo) en los que se llevan a cabo diferentes actos en el centro de la ciudad. El concepto del evento es la historia de los Amantes de Teruel; su principal atracción, la representación de esta historia mediante microteatros en diferentes escenarios del casco histórico de Teruel durante los cuatro días que dura el evento. Además, fiestas, mercados medievales, música, comida medieval ¡y mucho más!
¿QUÉ CUENTA LA LEYENDA DE LOS AMANTES?
Sabemos que a principios del S. XIII, dos jóvenes, hijos de familias nobles de la Villa de Teruel, pasaron de jugar juntos a enamorarse sin remedio. Ella, Isabel, era la única hija de la familia de Segura. Él, Diego sólo era el segundón de los Marcilla y heredaría poco más que un caballo. Supieron pronto que era un amor imposible, así eran las cosas. No sabemos si Diego habló con Segura, o sólo hizo un pacto con Isabel, lo que sí sabemos es que decidió marchar a tierras de conquista, ganar un nombre, fortuna, tal vez un título… algo que le hiciera digno de desposar a Isabel. Sabemos que ella prometió guardarle durante cinco años. Así lo juraron ambos con los cinco de su mano derecha, sin permitirse ni un beso hasta su vuelta. Dónde estuvo Diego durante este tiempo tampoco importa. Con seguridad batalló en la Navas de Tolosa, tal vez en Muret, quizá en las tierras de Levante.Isabel tendría que lidiar otras batallas: rechazar pretendientes, dar excusas peregrinas y contar cada hora, cada día, cada mes que faltaba para cumplir su promesa. El destino es caprichoso y no nos explicamos por qué Diego volvió con fortuna justo a los cinco años y un día… y se encontró a la Villa entera celebrando los esponsales de su amada y creyó volverse loco y pensó en dejarla viuda. Pero sólo se atrevió a colarse en la cámara nupcial y cuando los esposos estaban dormidos, despertó suavemente a su amada y le rogó un beso. Un beso que le hiciera olvidar toda la muerte que había visto, que le permitiera decir que por un instante fue el hombre más feliz. Un beso, le dijo, antes de convertirme en tierra. Pero ella acababa de jurar fidelidad al hombre que yacía a su lado y no podía dar tal prenda a quien más amaba. A Diego se le agolpó toda la desesperanza del mundo y su corazón no pudo resistir ni un sólo latido más. Cayó desplomado, muerto de amor. Cuentan las crónicas que los criados llevaron el cadáver de Diego hasta la casa de sus padres, sin que nadie pudiera explicar tan extraña muerte. Dicen también las crónicas que a los funerales acudió Teruel entero y que no cabía un alma en San Pedro, y que antes de comenzar los oficios, una mujer que ceñía una corona de azahares marchitos se acercó al catafalco, abrazó con ternura al difunto y le besó largamente. Dicen que en la iglesia sólo se escuchaban los latidos de su corazón, cada vez más desbocados y después… el silencio, porque ella cayó muerta de amor en brazos de su enamorado. Se dispuso que fueran enterrados juntos. Todavía hoy podemos visitar sus túmulos en San Pedro.
Fuente: web oficial de la Fundación Amantes